El mantenimiento de las cámaras IP es fundamental si queremos que sigan cumpliendo con su misión de forma efectiva durante todo su periodo de uso.
Si queremos que nuestras cámaras IP muestren una imagen nítida y definida de lo que estén visualizando o grabando, debemos llevar a cabo una limpieza y mantenimiento adecuado.
Lo primero que hemos de hacer es limpiar las cámaras IP por todo su contorno exterior. Usaremos un paño seco o semi-seco, y para ello, soltaremos la cámara de su anclaje y la desconectaremos soltando la clema que la alimenta.
También habrá que revisar el equipo de grabación que reciba las imágenes y que esté configurado de forma correcta para optimizar la capacidad del disco duro ofreciendo la mejor grabación posible. En este apartado, nos fijaremos en el formato en que se guardan los vídeos y en la compresión que se le asigna al fichero.
Hemos de controlar la transmisión de vídeo en tiempo real y el enlace remoto de la cámara IP vía Internet.
En cuanto al monitor de visualización, optimizaremos la imagen controlando su brillo y contraste.
Un punto importante a vigilar son las fuentes de alimentación, siendo éstas de vital importancia ante una posible intrusión o acto delictivo.
En caso de estar ubicadas las cámaras IP en una zona con poca estabilidad en el suministro eléctrico, es aconsejable el uso de alimentadores auxiliares autónomos o SAI, que prestarán suministro de electricidad a nuestros equipos en caso de fallo en el sistema eléctrico.
Además se encargaran de proteger todos los equipos electrónicos en caso de picos de tensión que pudieran dañar nuestras cámaras y otros elementos de grabación.
Es importante revisar el cableado y las uniones de cables, vigilando especialmente que no haya una falsa conexión por una clema en mal estado (en ocasiones parecen conectadas pero los terminales de la clama macho y la hembra no llegan a tocarse, a pesar de que visualmente parecen bien conectadas).
Revisar que los cables mantengan sus “camisas” o recubrimientos plásticos exteriores en perfecto estado, sobre todo para cables que estén a la intemperie. Las inclemencias meteorológicas pueden hacer estragos con nuestros cables, el sol la lluvia y el viento nos pueden jugar una mala pasada en el momento más inoportuno.
Los cables deben estar bien protegidos para evitar parásitos producidos por las distorsiones eléctricas. En algunos casos es aconsejable trenzar los cables para evitar parásitos y distorsiones.
En caso de estar conectado a un sistema de alarma, debemos verificar que la información se envía y recibe correctamente a la central de visualización (central de alarmas) y al propietario por medio de los sistemas que tenga contratados.
Verificaremos también las placas del equipo y que los voltajes son los correctos.
En el caso de las alarmas verificaremos también las baterías y limpiaremos sus terminales observando posibles sulfataciones de los mismos. Las baterías en mal estado a veces causan muchos problemas que nos hacen acudir de urgencia, incluso con las fuerzas de seguridad por pérdidas de alimentación que activan las alamas de forma inmediata.
Los sensores de movimiento deben estar revisados y ajustados para evitar fallos en su funcionamiento o falsos positivos.
Ante cualquier duda os aconsejamos que consultéis con expertos en mantenimiento informático y sistemas de vigilancia.
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